Se han dicho muchas frases,
palabras totalmente fuera de sentido,
mentiras, verdades, se han aplacado las ganas,
el placer.
Se han dado besos, robado caricias,
escuchado gemidos, lanzado gritos.
Hemos sido las fieras que cumplen salvajemente el deseo.
Se han gozado los cuerpos, mordido los labios,
reconocido los sexos.
Sin embargo, queda una sensación de vacío,
un silencio incomodo
entre la distancia y la duda,
entre el ayer y el hoy.
Se han olvidado los encuentros,
han muerto las sonrisas y ha vuelto
el misterio en la mirada
de quien dice mucho con tan poco.
Ahora me castiga tu voz
ResponderEliminargolpeándome la cara con el viento;
me duele tu nombre en el recuerdo;
me hieren tus lagrimas calladas,
tu sangre conmovida.
Tu espera de sauce
junto al rio de mis venas...