Y ella sigue ahí, en él.
Difícil entender que el pasado tenga tanto peso sobre la memoria, que nos regrese, una y otra vez, al mismo recuerdo, el instante en que comenzamos a morir.
No puedo con los fantasmas, menos si esos fantasmas siguen tan presentes, si recorren las palmas de sus manos.
No soy buena remendando heridas.
Difícil entender que el pasado tenga tanto peso sobre la memoria, que nos regrese, una y otra vez, al mismo recuerdo, el instante en que comenzamos a morir.
No puedo con los fantasmas, menos si esos fantasmas siguen tan presentes, si recorren las palmas de sus manos.
No soy buena remendando heridas.
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