A esta ciudad le tiemblan las entrañas,
y no estarás para ver cómo nos
hundimos,
cómo, de entre los escombros, surgirá
el miedo,
pues estamos hechos de ira, de
dolor.
Ya se camina entre fantasmas, muecas de
hambre,
niños que no comprenden tanta ausencia,
no conocen el sonido de la risa,
el rojo de las calles lo inunda todo,
lo destruye todo.
Cuando regreses no encontrarás la casa
de tus padres,
tus hijos habrán destrozado cada uno de
los muros
y no verás de nuevo la sonrisa de los
tuyos,
para entonces, se habrán desgarrado los
recuerdos,
se encargarán de fragmentarse, de
volverse nada.
Lo olvidaba, no regresarás,
te convertiste en polvo
y lanzaste al aire tu espíritu libre.
Berenice Patiño Roa. Junio de 2014
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