Una vez más, agosto se tiñe de tristeza, el dragón ganó la batalla y mi maestro Herminio Martínez regresó al viento de Machigua. Qué difícil es saberse efímero, saberse frágil, mortal, qué difícil es despedirse de quienes han marcado tu vida. Maestro Herminio, gracias por tanta inspiración, por las palabras, por las anécdotas, por creer en quienes asistimos al taller "Diezmo de palabras". Gracias por hacerme saber que la literatura da vida, y es así que usted seguirá vivo en sus letras, en cada metáfora, en cada palabra, incluso en este blog que lleva por nombre uno de sus versos. Hace unos meses hice una reseña de la poesía de este gran escritor, la dejó aquí. A los pies de Machigua Herminio Martínez nació el 13 de marzo de 1949, en la Cañada de Caracheo (Cortazar, Guanajuato), a los pies de Machigua, nombre con que ha bautizado al Cerro de Culiacán. Creció con la naturaleza, entre cantos de pájaros y árboles que lanzaron al viento sus letras.